
En la Edad Media existían clases, aun entre los trovadores y juglares provenzales, los primeros eran a la vez cantores del amor cortés y cantautores, muchos de ellos de procedencia noble e incluso eclesiástica, tanto cristianos como cátaros , en cambio los juglares eran de orígenes mas modestos, cantando composiciones ya escritas por los trovadores, incluso se dedicaban, a la vida circense, lanzadores de cuchillos, equilibristas, dándose el caso de estar a veces al servicio de los señores, o como bufones de palacio, normalmente su vivir era bohemio, teniendo ambos en común, el propósito de ir explicando historias a las gentes del Languedoc y en su misma lengua, de pueblo en pueblo, y de castillo en castillo, una especie de corresponsales de la época.
Los cátaros aceptaban el amor cortés de los trovadores, como algo natural en la idealización de las relaciones amorosas, no obstante existía cierta contradicción en cuanto a los cátaros , sobre este tema, ya que las damas desde pequeñas eran educadas en esta sublimación amorosa con respecto a los hombres, y ser corteses con todo el mundo, mas aun cuando los trovadores mencionaban a las damas “divinas hermosuras del cuerpo femenino”, el principio moral de los cátaros les inclinaban a decir que el atractivo físico era un ente del diablo “cosa impura ante Dios”, sin embargo cuando la dama se convertía en creyente cátara , los “buenos hombres” aceptaban esta dedicación carnal del feminismo, con lo que les era permitido a las mujeres cátaras , gozar sexualmente cuanto quisieran, a condición, eso si, que después de cada una de sus dedicaciones carnales extramatrimoniales, se confesaran de inmediato.
Existía una concienciación por parte de los católicos, declarando que esas entregas amorosas las cuales eran idealizadas por los trovadores,constituían un libertinaje, pero no dejaban escapar la ocasión cada vez que se les presentase, los cátaros en esta cuestión no fueron menos, teniendo en cuenta que los ejemplos vividos a su alrededor, por parte de sus propios maridos, parientes, otros caballeros, escuderos, y gentes de otras índoles, haciendo de estas prácticas amorosas, como la cosa más natural del mundo.
Esta manera de ver la vida amorosa, fue implantada por los trovadores en todo el Languedoc, o Provenza, como fue su denominación posterior, a tenor eso si, del sentir de las gentes, ya católicos o cátaros , es por ello que fueron tan bien acogidos los trovadores, puesto que a parte de informarles con noticias de otros lugares, las gentes los sentían muy próximos a causa de compartir su misma filosofía amorosa.
La creación de la poesía romántica, fue sin duda obra de los cátaros , en su mayor parte, inexistente con anterioridad, pero que ha sobrevivido y perdurado hasta llegar a nuestros días, desaparecieron los cátaros , pero quedaron sus obras, rescatadas de los archivos, que la Inquisición no pudo destruir. Fueron los trovadores junto con los cátaros , los que propiciaron la sublimación del erotismo, teniendo en cuenta que estos poetas sin ser eclesiásticos, surgieron de los monasterios y conventos, siendo personas de una gran cultura, en una época con pocas libertades de pensamiento, pudiéndose apoyar precisamente en los cátaros , que en aras de esa libertad, les facilitaron en su desarrollo poético.
Hubieron grandes trovadores, como el cátaro Pierre Corbián, insignes poetas, Guilhem Figuiera, Jaufre Rudel, el Uc de Saint-Circ. Es conocida la historia de Adelaida casada con el señor de Pera, gobernador de Albí, la cual fue amante del vizconde de Saint-Antoine llamado Ramón Jordán, su fama se extendió por toda Occitania, creando una corte de “Amor platónico”, que a pesar de ser cátara y aspirante a “Perfecta” no fue impedimento para cortejarla el rey Alfonso “El Casto”,de Aragón y Conde de Barcelona, tuvo la cátara Adelaida su poeta trovador, como amor platónico, llamado Arnaut de Maruelh, que toda su vida suspiró por ella, cantando su esplendorosa belleza, y aquejado de intensa melancolía, hasta su vejez, cuando comprendió que nunca conseguiría materializar su pasión, hacia su querida Adelaida.
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