
No sería justo eludir el importante papel de la mujer cátara que tuvo en esta sociedad, `por otro lado tan patriarcal y misógina como lo fue en la Edad Media. Aun a pesar de la escasa documentación que sobre este tema nos ha llegado hasta nosotros, causada por la limitada atención de que eran objeto las mujeres, relegándolas al papel que se les imponían en una sociedad donde el feminismo era visto como algo susceptible en su papel reproductivo, y sumisión al hombre, al que debían obedecer y someterse. Como mucho era la dueña de su casa de puertas a dentro, sin participar en las decisiones que estaban supeditadas al padre de la familia, cuando no a un hermano, o siguiendo dicha sumisión, al marido. Que entre las familias de cierto rango, la mujer podía aspirar al matrimonio, o bien al ingreso de alguna orden religiosa, como último recurso, en caso de verse abocada a la soltería.
Todas estas particularidades han sido reflejadas gracias a la documentación existente por parte de la Inquisición u otros estamentos eclesiásticos, que sin ser especialmente abundantes, si se hayan en mayor abundancia al ser comparados con los obtenidos a través de los propios cátaros, puesto que es limitada la documentación conservada por los cátaros que pudo llegar hasta nuestros días.
A todo ello se han de hacer resaltar las investigaciones modernas actuales, en donde empieza a despuntar un mayor interés sobre estos temas, frenados siempre por el desapego hacia la mujer, no dándoles tanta importancia con respecto al hombre, por lo que muchos historiadores han pasado de puntillas sobre ello.
Aun así, existen autores que si se han atrevido en dar a conocer por medio de sus trabajos, las particularidades de las distintas mujeres que influyeron en la vida social del Medievo y en especial del mundo cátaro, dándoles la importancia que el feminismo se merecía.
Cabe destacar a prestigiosos historiadores, estudiosos en el tema de la mujer tanto en el catarismo como temas afines a ellos:
René Nelli, en su obra “Los cátaros en el Languedoc en el siglo XIII.
Paul Labal “Los cátaros, herejía y crisis”.
Anne Brenón, paleóloga eminente, fundadora de la revista “Heresis”, perteneciendo entre los años 1982 al 1998, a la institución “Centre nacional d’études cathares René Nelli” y profesora de la “Universidad de Warwick de Coventry (Reino Unido), siendo autora de una publicación el año 1997 en “El mundo de los trovadores”.
Las mujeres cátaras gozaban al igual que los hombres del privilegio de ser “perfectas” con el nombre de “buenas damas” pudiendo administrar los sacramentos propios del catarismo como el “consolamentum” o bien el “melioramentum” bendición que se otorgaba para un “buen final” en el ocaso físico de algún fiel cátaro.
Existen en la actualidad estudios dedicados a las “buenas damas” sobre las cuales se han descrito la gran importancia que tuvieron muchas de las mujeres cátaras, autor de estos modernos descriptivos femeninos se encuentran a Nariri Mertinengo en su “Las trovadoras poetisas del amor cortés” (1997) o bien Anne Brenon ya nombrada más al principio, con su obra “Las mujeres cátaras” la cual, esta misma autora, ya hace revelaciones en la existencia de mujeres organizadas en obispados, formando comunidades femeninas reunidas en conventos, así como las sedes de diáconos, en sitios muy concretos como lo fueron Carcasona, Albí, Tolosa o Limoux.
La imagen de igualdad de la mujer con respecto al hombre nos viene dada por el autor Jean-Claude Genel (1999), matizando no obstante en la diferenciación con que se hace en la actualidad. Se da también una breve pincelada en la afirmación de que las mujeres disfrutaban en igualdad de derechos y obligaciones que los hombres. Se hacia patente la importancia relacionada entre las mujeres cátaras y los trovadores los cuales idealizaban a estas a veces sublimemente en referencia al “amor cortés”, dando gran importancia al amor virtuoso, ya como amor cortesano. Con ello se fue desarrollando una relación mujer-trovador, los cuales exigía un amor libre y puro, desprendiéndose por otra parte de la pecaminosa carne tanto dentro del matrimonio como fuera de el, tal y como era concebido por la doctrina cátara, con la libertad de pecar según el catarismo o amar según los trovadores, sintiendo la libertad sin ataduras en las mujeres cátaras. Por otra parte no podían existir grandes ataduras de estas mujeres hacia los trovadores, al ser estos unos personajes en continuo movimiento, de castillo en castillo, en los cuales a parte del amor cortés, también cantaban las historias y noticias que se producían en toda la geografía por ellos recorrida. En fin, que en cierta manera eran los telediarios de la época.
De todas formas existe un debate, en el cual muchos historiadores ponen en duda que la igualdad de las mujeres respecto al hombre dentro del catarismo, no era de una manera total y absoluta, seguía existiendo un cierto misogismo que impedía, por decirlo así, una integración femenina igualitaria. Si bien es verdad que las mujeres de la alta sociedad, tenían unas facilidades más amplias que pudieran existir entre las clases inferiores a ellas.
Destacaremos una serie de personajes femeninos, de los que nos hablan historiadoras como María Milagros Rivera, en su obra “La diferencia sexual en la historia (2005), o historiadores como A. Guirdham en su “La gran herejía” (998) donde trata este tema del feminismo.
En otro apartado sobre este interesante tema de la mujer cátara, daré a conocer varias de estas cátaras, que aun a riesgo de sus vidas y contra cierta oposición dentro y fuera (sobre todo), de la herejía cátara, mujeres que supieron hacerse valer y aun a contribuir en la comunidad cátara un papel tan importante, y en ocasiones decisivo, como pudiera tener sus homólogos masculinos.
Este conjunto de mujeres cátaras, por su relevancia especial han podido significarse y obtener su reconocimiento histórico serian: Beatriz de Plannisoles, Esclaramonda de Foix y Loba de Pennautier, de las cuales se harán patentes en unas breves biografías.
Artículos relacionados
Influencia de la mujer cátara.
Leonor de Aquitania y los trovadores.