
Se sabe muy poco de Guillem de Tudela , tan solo que se crió en Aragón, y como uno de los mas conocidos cronistas del siglo XII – XIII del Languedoc , del que se tienen breves comentarios sobre los acontecimientos, en la lucha y exterminio de los càtaros , propiciados por orden del papa Inocencio III , activador vehemente de la Inquisición , que hizo desaparecer físicamente la herejía cátara , del sur de Francia .
Tampoco se ponen de acuerdo entre varios historiadores, de la autoria de la “ Canción de la cruzada contra los albigenses ”. Unos dicen que Guillém compuso la segunda parte, o bien la primera, y que una en ellas hubo un autor anónimo, incluso sitúan la composición literaria sobre el siglo XIV.
Centrándonos sobre nuestro personaje Guillém de Tudela , diremos que al contrario del cronista, Pere Vaux-de-Cernay (Pro católico), este era proclive a la causa cátara .
Guillém defiende a ultranza el catolicismo de Ramón Roger de Trencavel , (recordemos sus simpatías por la herejía cátara ), hasta el punto de declarar en su crónica con testimonios que: “muchos canónigos y clérigos coinciden en su catolicismo”. Otra prueba de ello es sin duda la amistad de Ramón Roger con Saissac , al ser este igualmente católico .
Sobre la ciudad de Lavaur , uno de los centros de la herejía, dice Guillém “Mas de 400 perfectos y simpatizantes son condenados a la hoguera”.
En lo que respecta a Laurac , confirma la tremenda historia de la Dama Girauda , al ser lanzada a un pozo, estando embarazada, dejándola morir, e igual suerte corrió su hermano Eimeric junto a 80 caballeros los cuales fueron degollados, refiriéndose a los cruzados “hicieron una mortandad tan grande, que creemos se hablará de ello hasta el fin del mundo”, cosa esta que va camino de cumplirse.
Hoy día la ciudad de Laurac se merece una visita, por sus calles que recuerdan su pasado medieval, pero aun persistiendo pocas piedras de su castillo, está su hermosa iglesia en la cima de Laurac , junto a la cual puede contemplarse una extensa panorámica del Lauragués , de cuya la ciudad procede su nombre, sobrepasando Montreal hasta la Montaña Negra . Su importancia es debida al organizarse un coloquio entre católicos y cátaros en el año 1207, señalado por el cronista Guillém de Tudela , al igual que hizo Pere de Vaux .
Describe Guillém en su crónica de los cátaros , la reunión junto al Roine, (entre Lión y Vallance) del contingente guerrero, compuesto por 20.000 caballeros, armados de diferentes maneras, 200.000 villanos y campesinos, además de los clérigos y burgueses, aunque estos últimos tenían encomendada la intendencia, cajas con armas, armaduras, tiendas de campaña, cocina, seguidos todos ellos de mujeres mayores y jóvenes, lavanderas, así como prostitutas, para distraer a la tropa. Naturalmente, aunque lo diga Guillém de Tudela , sobre las cifras que se van dando en cuanto al número de tropas, siempre se ha de poner un prudente interrogante, por cuanto la tendencia consistía, en la exageración de tales cifras.
Guillém , dice sobre la destrucción de Beziers , y ello parece totalmente objetivo, lo siguiente: “nada ni nadie pudo proteger de la muerte, ni cruces, ni altares, degollando a curas, mujeres, niños, tan concienzudamente que no creo que ninguno escapó a ello, temo que nunca, ni en tiempos de los árabes, se toleró una mortandad tan aterradora”.
Habla igualmente el cronista Guillém de Tudela sobre el rey Pedro I , que refiriéndose a la conquista de Carcasona, no gustarle esta cruzada contra los cátaros , con la frase de “A Aragón, regresa corroído y airado”.
Sin duda el contenido de la “ Canción de la cruzada ”, es mucho mas extenso y detallado que este breve estudio, que obviamente por sus características, no puede ser detallado ampliamente.
Artículos relacionados
Cançó de la Cruzada contra los albigenses.
El Lauragais.
El papa Inocencio III.
Pedro I el Católico.
Pere Vaux.
Pere Roser Trencavel.