
Los cátaros poseían como guía espiritual y base de sus creencias religiosas el Evangelio de Juan, por el cual evocando a Dios decían: por él todo se ha hecho, sin él se ha hecho la nada “toda una declaración de principios que defendieron, y nunca mejor dicho, a sangre y fuego.
Se debe a los especialistas actuales como Anne Brenon y René Nelli las traducciones que ellos realizaron sobre los textos cátaros de la época, desmitificando el carácter esotérico y excesivamente místico en que erróneamente fueron profusamente edificados.
Los cátaros recopilaron un catecismo propio por el cual y a través de sus diferentes rituales desarrollaban su vida religiosa.
Ritual Occitano de Lyón.
Ritual escrito en lengua occitana, traducido en el año 1881 por L. Clédat siendo depositado en el Palais des Arts de Lyón.
Estos rituales contenía actos de contrición por los cuales los fieles en presencia de los Perfectos cátaros, pedían perdón por los pecados cometidos solicitando misericordia de Dios, cuyas plegarias eran dirigidas al Padre y al Hijo, así como al Espíritu Santo, los Santos Evangelios, Santos Apóstoles: rogando en pro por la salvación de los Buenos Cristianos, extendiendo dicha plegaria hacia todos los hermanos que les rodeaban, acabando el ritual por medio de la fórmula !! Bendícenos, perdónanos !!, y bautizando a los creyentes por el sencillo ceremonial de la imposición de manos
El Rito para salvarse
Los cátaros eran especialmente sensibles a la salvación de sus almas, las cuales mientras estaban sujetas al cuerpo corrían graves peligros por causa del materialismo que suponía al estar sujetos a las tentaciones mundanas, en lo referente tanto a la sexualidad como hacia los alimentos prohibidos, ya que el diablo como principio del mal era propicio a dominarlos por ser el cuerpo la morada creada por ellos, por lo cual los cátaros, rechazaban los alimentos de animales, los huevos, los productos lácteos y todos aquellos seres nacidos por mediación de la cópula, exceptuando los peces puesto que era la creencia de la época al considerar que nacían sin intervención sexual, surgiendo espontáneamente del agua que les rodeaba y de la cual vivían. Por lo que humillaban ascéticamente el cuerpo, de modo que la imposición de manos por mediación del Consolament adquirían el perdón de todos sus pecados, al mismo tiempo podían recibir el bautismo por el rito sencillo de esa imposición de manos, de esta forma los fieles adquirían el conocimiento más allá de su iniciación, colocándolos en una madurez intelectual de la verdad y el conocimiento
Por tales razones y entre otras disposiciones se insistía en la práctica de la abstinencia sexual en los fieles consolados, no comer carne, ya que las almas podían transmigrar hacia un animal, no matar ni robar, vestirse de negro y dedicarse a los trabajos artesanales, tejedores principalmente.
Los perfectos
Efectivamente los cátaros nunca ase llamaban a si mismo Perfectos, ya que sus adeptos los denominaban “Buenos cristianos o Buenos hombres” El término cátaros se deriva del griego Katharos que significa “puros”. No obstante hubo un monje alemán perteneciente a la Iglesia de Roma, llamado Exckbert de Schonau en el año 1163, que de una intención tanto de tipo burlesco como peyorativo y desde lo alto de un púlpito utilizando un juego de palabras dio la definición alemana de Ketter que significa “hereje” sinónimo de Katte substituyendo en la actualidad por Ktzer o Katzer o sea “gato” valiéndose de estas variaciones idiomáticas, con el fin de acusar a cátaros de practicar el beso negro, por medio de los gatos, besándoles el culo, como una de las practicas satánicas hacia Lúcifer, atribuidas maliciosamente por el monje Eckebert, intentando culpar a los herejes cátaros, toda clase de prácticas contrarias a la razón humana. Los cátaros siempre negaron con vehemencia la supuesta adoración hacia Lúcifer como cuantas acciones les fueron atribuidas en ese sentido
Otra gran ventaja en la predicación de los cátaros que contribuyeron a extenderse su doctrina entre las diferentes clases sociales de Occitania, según diferentes autores, consistía en la gran musicalidad del idioma occitano, que hacían agradable al oído, que por otro lado era la lengua común de todos los habitantes de esa región sureña, en desventaja con los predicadores de la Iglesia de Roma, los cuales tan solo intentaban comunicarse en lengua latina, siendo un claro detrimento en la eficacia de sus prédicas hacia la sociedad tanto campesina como de las clases altas. Sobre todo en los actos inquisitoriales contra la herejía cátara la lengua latina tenía una mayor eficacia. Todos estos pormenores idiomáticos sobre sus rituales, se han dado a conocer actualmente gracias a las traducciones de los historiadores Anne Brenon y de René Nelli, como ya se ha dicho, los cuales han aprovechando al mismo tiempo en desmitificar la idea que se tenía del conjunto de los cátaros, desmontando el concepto místico-esotérico que de ellos se tenia.
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